Historias para ser contadas
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Historias
para ser contadas o, lo que es lo mismo, cuentos. Por alumnos de 5º de
Primaria.
“Carlos
y el ingrediente secreto”
En el año 1960, en el monte Chinawi, había
una casa abandonada donde vivía Carlos, un chico de quince años, con sus padres
muy enfermos. Comían pequeños animales que él mismo cazaba.
Desesperado un día acudió al pueblo a
pedir dinero para comprar medicinas que curaran a sus padres, pero nadie le
ayudó. “¡Fuera vagabundo!”, le gritaron.
Como sus padres empeoraban se le ocurrió
hacer una pócima con flores, setas, hierbas y otras cosas que encontró en el
monte. Les dio un poco a sus padres y milagrosamente se recuperaron.
Los habitantes del pueblo no tardaron en
enterarse del milagro y todos los enfermos fueron hacia la casa abandonada. Creían
que Carlos no les iba a ayudar pues días atrás, cuando él pidió ayuda, todos le
rechazaron.
Carlos que lo había pasado muy mal con la
enfermedad de sus padres no quería que nadie sufriera como él.
Subió al monte y recogió las mismas
flores, setas, hierbas y demás cosas y se puso a hacer la pócima. Curó a todos
los enfermos.
Muchos en el pueblo intentaron hacer el
guiso mágico pero nadie lo consiguió. Carlos añadía, sin saberlo, un
ingrediente secreto: su inmensa bondad.
Aída Bosquet Cerezo 5º Primaria
“Atlis,
la ciudad submarina”
Hace muchos años, en el siglo XX, se
perfeccionó el submarino para la Segunda Guerra Mundial. En EEUU un joven
marinero fue maltratado por el ejército. Así que huyó y consiguió apoderarse de
un pequeño submarino. Durante el viaje chocó contra un iceberg y, cuando creía
que todo estaba perdido, fue rescatado por unos exploradores de la ciudad
submarina llamada Atlis. Le cuidaron y se recuperó de sus heridas. Allí se
enamoró de la reina de esa ciudad, Penélope, y años después se casaron.
Un día los militares de un submarino
hundido consiguieron llegar a la ciudad y aunque al principio eran amables, al
conocer la historia de John, lo persiguieron por ser un desertor del ejército
norteamericano. Fue rescatado por los guardias reales y trasladado a una ciudad
submarina aliada para que se escondiera allí durante un tiempo.
Unas semanas después llega la noticia a la ciudad donde se escondía el
chico de que Penélope había sido secuestrada por el comandante de los militares
y se enfadó tanto que fue a luchar contra el comandante. Y aunque su ejército
era muy escaso, lo derrotó porque tomaron la ciudad por sorpresa, y lograron
liberar a Penélope de las garras de los militares. Entonces la paz volvió a la
ciudad.
Unos años después un ejército de submarinos de la Tierra les atacó,
rodeando la ciudad, y cuando parecía que todo había acabado, apareció un
impresionante ejército de… ¡peces! Los había de todas las clases, desde pulpos
gigantes a enormes tiburones y ballenas que en poco tiempo echaron a los
submarinos. Así la paz volvió a reinar en Atlis, la ciudad submarina.
Javier
Gervás Yubero 5º de Primaria
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